Emprender es una actividad donde el entusiasmo es uno de los principales motores para dedicarle tiempo y esfuerzo a la iniciativa.
Este artículo es una extracción del original y me pareció muy interesante compartirlo con Uds ya que habrá muchos que como yo, han puesto a trabajar sus neuronas para alimentar una idea de proyecto con el objeto de concretarla en el corto plazo. Muchas de estas ideas, seguramente se habrán materializado mientras que otras, por diferentes razones nó. El tema aquí entonces es reflexionar sobre cuáles habrán sido los posibles motivos que dieron lugar a que no se pudiera implementar el proyecto.
Uno de los síntomas más comunes que se observa en los emprendedores tecnológicos es el excesivo foco puesto en el producto o servicio a comercializar y el escaso o nulo dedicado a definir correctamente el segmento de mercado, los clientes, los canales de distribución y la propuesta de valor.
Por todo ésto, es fundamental entender, investigar y definir las necesidades o deseos que se están satisfaciendo y a qué segmento de mercado se apunta.
Más tarde, habrá que seguir indagando sobre el impacto que va a producir en el cliente, qué valor generado se le ofrece y, sobre todo, si está dispuesto a pagar.
Hay que tener en cuenta que quien usa el producto o servicio es distinto de quien va a ser fuente de ingresos. En este caso es muy importante generar una propuesta de valor para cada uno de ellos.
Finalmente, hay que tener en cuenta que los emprendimientos son un organismo vivo donde lo principal son las personas que lo componen y, en particular, la visión, energía y actitud de sus emprendedores.
Por Adrián Lasso, vicepresidente de Baufest
Fuente: canal-ar