En el ámbito de la gestión de proyectos ágiles, el concepto de «Ser ágil» versus «Hacer ágil» es fundamental para comprender la verdadera esencia y aplicación de la agilidad.
Es fundamental entender y absorber cuál es la mentalidad de ágil, tenemos que aprender a pensar en ágil. Obviamente ese pensamiento ágil está guiado por valores y principios a defender si es de nuestro interés proponer el uso de esta práctica. Ahora bien, a medida que vayamos recorriendo este camino, deberemos asegurar que los valores y principios de ágil sean entendidos por todos los miembros de nuestro equipo, que comprendan el alcance del porqué y del para que, para que sean adoptados en el mejor de los casos. Para eso vamos a tener que aprender a educar y a influir ágilmente dentro de la organización, dentro de nuestros equipos.
Ser Ágil
«Ser ágil» se refiere a la adopción de una mentalidad y una cultura que están en consonancia con los principios y valores ágiles. Es un enfoque filosófico que implica una transformación profunda en la manera de pensar y actuar dentro de una organización. Este cambio va más allá de la mera implementación de prácticas ágiles y se centra en:
- Mentalidad de Aprendizaje Continuo: Fomenta la curiosidad, la experimentación y la mejora continua. Los equipos buscan constantemente formas de mejorar y adaptarse a los cambios.
- Valores y Principios del Manifiesto Ágil: Adopción de los cuatro valores (individuos e interacciones, software funcionando, colaboración con el cliente, y respuesta ante el cambio) y los doce principios del manifiesto ágil como guías para todas las actividades y decisiones del proyecto.
- Cultura Colaborativa y de Confianza: Creación de un ambiente donde se valora la colaboración, la transparencia y la confianza. Los equipos ágiles operan en un entorno seguro donde pueden experimentar y aprender de los errores sin temor a represalias.
- Liderazgo de Servicio: Los líderes ágiles actúan como facilitadores y mentores, apoyando a los equipos en su desarrollo y eliminando impedimentos. Este estilo de liderazgo fomenta la autonomía y el empoderamiento de los equipos.
Hacer Ágil
«Hacer ágil» implica la implementación de prácticas y procesos específicos que están alineados con las metodologías ágiles, como Scrum, XP, Kanban, entre otras. Este enfoque se centra en la aplicación tangible de herramientas y técnicas ágiles para gestionar proyectos. Algunos aspectos clave incluyen:
- Adopción de Metodologías Ágiles: Utilización de frameworks como Scrum, donde se siguen roles específicos (Scrum Master, Product Owner, equipo de desarrollo), artefactos (Product Backlog, Sprint Backlog, Incremento) y eventos (Sprints, Daily Standups, Sprint Reviews, Sprint Retrospectives).
- Iteraciones e Incrementos: Los proyectos se dividen en iteraciones cortas y repetitivas, al final de las cuales se entrega un incremento funcional del producto. Esto permite una rápida retroalimentación y adaptación.
- Transparencia y Visualización: Uso de herramientas y radiadores de información como tableros Kanban, burndown charts, y otros métodos visuales para asegurar que el progreso y los obstáculos sean visibles para todos los interesados.
- Prácticas Técnicas: Implementación de prácticas técnicas ágiles como desarrollo guiado por pruebas (TDD), desarrollo guiado por comportamiento (BDD), integración continua, refactorización, programación en pareja y testing en pareja para asegurar la calidad y flexibilidad del producto.
Integración de Ambos Enfoques
Para alcanzar la verdadera agilidad, es crucial integrar «Ser ágil» con «Hacer ágil». No basta con adoptar prácticas ágiles sin un cambio de mentalidad. La verdadera transformación ocurre cuando una organización adopta los valores y principios ágiles, y simultáneamente, implementa las prácticas y procesos ágiles en sus proyectos. Esto asegura que la agilidad no solo se haga visible en las operaciones diarias, sino que se arraigue profundamente en la cultura organizacional.
En resumen, «Ser ágil» y «Hacer ágil» son complementarios. «Ser ágil» se centra en la mentalidad y la cultura, mientras que «Hacer ágil» se enfoca en la implementación de prácticas y procesos específicos. Juntos, permiten a las organizaciones no solo adaptarse rápidamente a los cambios, sino también fomentar una cultura de mejora continua y colaboración.
Fuente de inspiración: PMI ACP