Existen varios enfoques para gestionar proyectos de desarrollo de software, cada uno con sus características y metodologías específicas.
- Modelo Cascada: Secuencial y lineal, donde cada fase debe completarse antes de pasar a la siguiente.
- Desarrollo Ágil: Se centra en la flexibilidad y la colaboración continua entre equipos, adaptándose a cambios rápidos.
- Modelo V: Similar al cascada pero con un énfasis en la validación y verificación en cada etapa.
- Desarrollo Iterativo / Evolutivo: El proyecto se divide en iteraciones, permitiendo ajustes y mejoras en cada ciclo.
- Desarrollo Incremental: Construcción del sistema en pequeñas partes, cada una agregando funcionalidades al producto final.
- Modelo en Espiral: Combina la iteración del desarrollo con aspectos del modelo cascada, enfatizando la gestión de riesgos.
- Lean Development: Minimiza el desperdicio, centrándose en la entrega de valor al cliente de manera eficiente.
- Extreme Programming (XP): Se centra en la calidad del software y la adaptabilidad a cambios frecuentes.
- Scrum: Un marco ágil que organiza el trabajo en sprints cortos con una planificación y revisión regular.
- Kanban: Gestión visual que optimiza el flujo de trabajo, permitiendo una entrega continua y eficiente.
Cada uno de estos enfoques se diferencian en cuanto a su grado de flexibilidad, estructura y adaptabilidad, permitiendo a los equipos elegir el que mejor se adapte a sus necesidades y objetivos específicos, y consecuentemente el tipo de control de calidad que hay que aplicar, es decir, el tipo de testing por implantar.
